Reflexión: Cultura del cuidado hacia la paz
El contexto en el que vivimos de guerra, inseguridad, violencia en todos los sentidos, vejación de los derechos humanos y relaciones interpersonales desechables nos orilla a preguntarnos: ¿Qué es el otro para cada uno? ¿Puedo confiar en él? ¿Espero que en algún momento de necesidad me ayude? Ante estas situaciones: ¿Qué haces para favorecer la justicia, la paz y la no violencia? Las respuestas a estas preguntas parecen desesperanzadoras.
Sin embargo, la solución se presenta como una utopía, como un sueño, en realidad como esperanza en las palabras del Papa Francisco: “Educar en la cultura del cuidado como camino de Paz”, es una fórmula, una invitación a que todos nos convirtamos en profetas y testigos de la cultura del cuidado, en la que nos sintamos seguros dentro de nuestra comunidad. (Cfr. Papa Francisco. El cuidado como camino de paz. 54 mensaje de la paz. Enero 2021)
La cultura del cuidado es un compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos, como una disposición al cuidado, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la recuperación, al respeto y a la aceptación mutuos, es un camino privilegiado para construir la paz. (Cfr. Idem)
Desde quién eres y dónde te desenvuelves: ¿Estás en paz contigo mismo? ¿Cuidas a los que te rodean? ¿En tu familia se educa para cuidarse como hermanos, y ayudar a los demás? ¿Tus profesores procuran que entre compañeros se cuiden, se valoren, se procuren? ¿Soy promotor de la paz cuidando a los demás?
En realidad la cultura del cuidado tiene que ver con la jerarquía de valores: ¿En qué lugar tienes el valor de la fraternidad? Porque quién es fraterno cree, es decir, tiene fe de que todo puede ser diferente y hace lo posible para que así sea mediante el servicio.
Fomentemos la paz mediante la cultura del cuidado, demos ejemplo para que cuando nos pregunten como a Caín: “¿Dónde está tu hermano?”, podamos decir: “Está a aquí a mi lado”.
Frase: Trata a los demás como quieres que te traten.
Máxima: El que quiera ser el primero, debe ser el último de todos y servidor de todos. (Marcos 9,35)