«Aquí estoy, ¿qué esperan de mí?… Grandes cosas son posibles… Mayores cosas van a ver»

“¡Grandes cosas son posibles!”. Es nuestro lema Congregacional para este curso 2019-20, en continuidad con el Tricentenario de la Pascua de Nuestro Santo Fundador. Grandes cosas ha hecho el Señor en tí, en mí, en nosotros, en nuestras Comunidades, Familias,  Obras, Instituto e Iglesia. Dios es fiel y leal; tiene Palabra y la cumple… y esta “memoria agradecida” nos da la certeza de que “si Dios ha hecho un milagro, puede hacerlo otra vez”… y lo hará…

Estamos invitados a vivir este año con Alegría y Esperanza, dos distintivos del hombre y la mujer de fe.

Somos creyentes; y esta dimensión de la vida interior nos mueve a ser creíbles y confiables. Somos capaces de creer, de esperar, de soñar, de trascender en el amor.

“El sueño de uno es sueño, pero el sueño de muchos es realidad”… Un sueño integra y armoniza lo real con el ideal… y cuando se contagia y se comparte en comunidad tiene la fuerza de una “utopía creadora” que rompiendo la trampa del presentismo nos hace trascender y transformar, abriendo horizontes de eternidad.

Partir de la realidad, iluminarla desde la fe y regresar a ella para transformarla…es nuestra herencia lasallista. “Muchas personas pequeñas, haciendo cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños, estamos cambiando el mundo, con la fuerza del Espíritu Santo”.

Ser HOMBRES Y MUJERES DE ESPERANZA, sembradores de esperanzas y sueños, llenos de Dios, nuestro verdadero Tesoro. Potenciemos nuestro “nuevo ser” en el Espíritu Santo. 

Grandes cosas son posibles: La verdad, la libertad, el amor, la justicia y la paz son posibles…en la medida que encarnemos esos valores, vivamos coherentemente y nos apoyemos humildemente.

El primer paso no nos hace llegar a la meta, pero nos mueve, nos saca de donde estamos y nos pone en camino… Es ponerle cimientos a nuestros “castillos en el aire”. ¿Quién le cree al invierno cuando afirma que la Primavera está en su interior?… Ver lo que aún no es y construirlo… También en el cemento crece la vida… También de la ceniza se pasa al fuego… y del desierto al jardín…

Algo nuevo está naciendo… grandes cosas son posibles… El Papa Francisco nos ha invitado a ser creadores de una CULTURA DE LA RESURRECCIÓN en su mensaje del Tricentenario. Levantar y levantarnos de las modernas tumbas. Caminar la Pasión, por la Resurrección, hacia Pentecostés. “Más que decirle a Dios que tenemos problemas… digamos a nuestros problemas que tenemos a Dios”.

Muy feliz Ciclo Escolar 2019-2020. Dios en nosotros, con nosotros y por nosotros llena de alegría y esperanza el entorno donde nos ha llamado para ser su presencia cercana, amorosa y creíble.

Vivamos con total confianza en Dios. Es su Obra.

Vivamos Consagrados a la Santísima Trinidad para procurar su Gloria, asociados para el servicio educativo de los pobres en seguimiento de Jesucristo, sirviéndonos y cuidándonos unos a otros.

Hagamos discernimiento y toma de decisiones, en espíritu de corresponsabilidad y subsidiaridad, favoreciendo la iniciativa y responsabilidad de cada lasallista… guiados por el Espíritu para buscar y cumplir la Voluntad de Dios, por la mediación del diálogo con los Hermanos.

Velemos que cada lasallista realice su misión conforme a la vocación personal y a las necesidades de educación y evangelización de los pobres, realizando con calidad y eficacia la misión eclesial de la Congregación, ocupados por la vitalidad y viabilidad del Instituto y el Distrito en espíritu de interdependencia.

Con la Santísima Virgen, Mujer de esperanza y alegría que hizo posible lo imposible, caminamos juntos y asociados.

San José, varón justo que hizo lo imposible para hacer posible la presencia de Dios entre nosotros nos acompaña.

San Juan Bautista de La Salle, inspirador de nuestros sueños encarnados nos sonríe.

Hno. Pedro Álvarez Arenas 
Visitador Distrito Antillas-México Sur

Descarga aquí la Reflexión Lasallista 5 y los materiales del nuevo lema