Los Artistas que se han ido…
Ronda la muerte rondera,
la muerte rondera ronda.
Lo dijo Cristo
antes que Lorca.
Que me rondarás, morena,
vestida de miedo y sombra.
Que te rondaré, morena,
vestido de espera y gloria.
Pedro Casaldáliga
Permítanme compartir con ustedes no sé si una queja o un lamento. Y es que el 2020 se ha llevado a mis artistas preferidos; no todas las partidas han sido a causa de esta terrible amenaza conocida como COVID-19, pero definitivamente en este ambiente de confinamiento y distancia duele mucho más su ausencia.
Comienzo el triste recuento con Ernesto Cardenal (1925 – 2020) poeta y sacerdote nicaragüense; referencia poderosa e indiscutible en América Latina. Un hombre que supo poner en palabras “lo que apenas vislumbramos en la trepidancia y el descontento de nuestro tiempo”. Es conocido en todo el mundo por aquella famosa fotografía en que Juan Pablo II lo amonesta señalando con el dedo acusador; su respuesta, una cara de desconcierto y la rodilla clavada en el suelo. Después de eso vendrá la “separación de la Iglesia” (“Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido; yo porque tú eras lo que yo más amaba; tú porque yo era quien te amaba más…”). Tuvo que transcurrir el largo pontificado de Juan Pablo II y después el de Ratzinger hasta que llegara un Papa como Francisco que fuera capaz de levantarle la excomunión. Discípulo de Thomas Merton, fundó una comunidad contemplativa en la isla de Solentiname. Aprendí a leerlo gracias al libro “Vida en el Amor” que me regaló una amiga muy querida y he intercambiado sus libros (los tengo casi todos) con mi Ahijado de Nicaragua.
Luis Eduardo Aute (1943 – 2020) Pintor y poeta de vocación, jamás imaginó que como músico terminaría siendo todo un referente de la Nueva Canción. Es conocido por aquellas canciones que en voz de Massiel se convirtieron en las primeras letras de protesta: Aleluya No. 1 y Rosas en el Mar (“Voy pidiendo libertad y no quieren oír; es una necesidad para poder vivir. La libertad, la libertad, derecho de la humanidad; es más fácil encontrar rosas en el mar…”). Nunca tuve la oportunidad de escucharlo en un concierto, pero tengo prácticamente todas sus canciones en mi biblioteca de Itunes; más de una con claras referencias a mi historia personal.
Marcos Mundstock (1942 – 2020) pieza fundamental del famoso grupo “Les Luthiers” que supo mantenerse unido por más de 50 años sin que hubiera entre sus integrantes un afán por sobresalir entre los demás. Sin embargo, es a Mundstock a quien se le debe el mayor número de composiciones y quien destacaba con su voz única e inconfundible y con esa presencia impecable en el escenario con su carpeta roja frente al micrófono que cautivaba al público antes de decir una sola palabra. Tuve la suerte de asistir al menos a dos de sus presentaciones en el Auditorio Nacional y siempre me quedará el recuerdo de su profesionalismo, su autoexigencia, su ética de trabajo y su respeto extremo al público a quien le brindó su talento y genialidad.
Óscar Chávez (1935 – 2020 víctima de COVID) “Una voz de lucha nunca se apaga”. Nacido en la Colonia Portales de la Ciudad de México, supo abrazar a esta ciudad y sus calles; este país y sus luchas y los abanderó toda su vida a través del canto dando voz a su pueblo y denunciando sin pudor las injusticias y los abusos del gobierno. Nunca pude ir a ninguno de sus conciertos, pero canciones como “Perdón”, “Macondo”, “La niña de Guatemala” y el álbum de México 68 son imprescindibles en mi play-list.
Héctor Suárez (1938 – 2020) Uno de los más importantes actores de este país, participó en múltiples películas, obras de teatro y series de televisión; yo lo recuerdo particularmente por el Programa “Qué nos pasa” de crítica social donde encarnó a los típicos prototipos mexicanos. Tuve la oportunidad de encontrarlo una vez en el lobby de un cine VIP donde me acerqué a saludarlo. A pesar de su carácter un tanto ácido uno no puede dejar de reconocer que ha sido uno de los mejores histriones de México.
Ennio Morricone (1928 – 2020) Compositor italiano, considerado uno de los más grandes autores de música para el cine de todos los tiempos; a él le debemos la banda sonora de más de 400 películas entre las que debo señalar “Cinema Paraíso”, “La Misión” y “La Leyenda de 1900” entre mis favoritas. Su producción, eminentemente cinematográfica, es extraordinaria, vastísima y sumamente heterogénea, sin embargo, no siempre reconocida. Fue hasta febrero de 2007, y después de cinco nominaciones sin galardón, que la Academia le otorgó un Oscar honorífico. Tuve la oportunidad de escucharlo en vivo en un concierto en el Auditorio Nacional. Me impresionó verlo concentrado más en la perfecta ejecución que en el aplauso.
Pedro Casaldáliga (1928 – 2020) Misionero Claretiano, Obispo Emérito de la Prelatura de San Félix de Araguaia (Mato Grosso, Brasil). Defensor de los más vulnerables y marginados, cuyo “caminar de bautizado”, en tierras lejanas de su patria, ha acompañado con “sus palabras, sus poesías, su ejemplo” al pueblo confiado a su cuidado. Se ganó merecida y sobrada fama como poeta, cantor de María y valiente denunciador de toda clase de injusticias. Pocos en América Latina gritaron y defendieron la dignidad del ser humano marginado o agredido. En 1988 publicó un libro de poesía con el título “Me llamarán subversivo”; en uno de los poemas, el último, se presenta a sí mismo con las citadas palabras y decía: “Creo que hoy solo se puede vivir sublevadamente. Y creo que solo se puede ser cristiano siendo revolucionario, porque ya no basta con pretender ‘reformar’ el mundo”. Esta manera de actuar lo llevó a chocar con muchas y diferentes maneras de querer silenciarlo, de terminar con su vida incluso.
Quino Joaquín Salvador Lavado Tejón (1932 – 2020) De acuerdo con su autobiografía, “su carrera como dibujante humorístico se afirma con Mundo Quino (1963), su primer libro, y en 1964 nace Mafalda, una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo.” En efecto, Mafalda, la pequeña niña de pelo negro que odia la sopa y está en contradicción con los adultos, será el personaje que le permitirá conquistar el mundo entero ganando una posición de liderazgo en el imaginario colectivo. La primera tira se publicó el 29 de septiembre de 1964 en el semanario Primera Plana de Buenos Aires y a partir de ahí el éxito será imparable hasta 1973, año en que Quino decide no dibujar más tiras; con todo, el interés por Mafalda ha superado fronteras y generaciones y sus libros continúan reimprimiéndose afirmándola como un referente que nos enseña a mirar y a pensar el mundo de una manera diferente.
Sean Connery (1930 – 2020) ¿Quién no recuerda las primeras –y las mejores- interpretaciones de James Bond? Efectivamente, Connery ha sido sin duda la estrella más importante en Gran Bretaña y Estados Unidos gracias a su magnífica caracterización del Agente 007 que, a pesar del gran éxito, no consintió encasillarse en el personaje, sino que nos cautivó con muchas otras grandes historias como “El Nombre de la Rosa” dando vida al sabio e inolvidable Guillermo de Baskerville o “Los Intocables” de Eliott Ness. Su prolífica carrera como actor abarcó un total de 72 películas en cerca de seis décadas y sus numerosos premios incluyeron un Oscar como actor de reparto, dos premios Bafta y tres Globos de Oro. En una entrevista a Times afirmó: “Creo que mi fortaleza como actor es que me he mantenido cerca de mí mismo”.
Hasta aquí el recuento y la memoria de mis artistas preferidos que se han ido a lo largo del 2020. Todos ellos grandes intelectuales que supieron expresar a través de la música, la poesía, el cine o el teatro la trascendencia de lo humano. Su vasta y prolífica obra puede ser consultada en internet donde afortunadamente tenemos a la mano su gran legado. Será por siempre ahí, en sus obras, donde, como afirmó Casaldáliga,
“veré el alma gemela de cada hombre
en la entera verdad de su querencia;
y cada cosa en su primer nombre
y cada nombre en su lograda esencia”.
H. Roberto Medina Luna Anaya
Vicerrector de Bienestar y Formación
Universidad La Salle México